Lolamaar

jueves, diciembre 21, 2006

 
Parece que vuelvo. En otro lado, pero vuelvo. La tecnología de la nueva versión me mata, pero la voy a dominar.
El que quiere, pase y vea:
Señales de Humo
salesdehumo.blogspot.com

martes, diciembre 19, 2006

 

lunes, noviembre 13, 2006

 
El viernes cuando volví de una fiesta escribí esto:
lo que digo es que no puedo escribir un montón de cosas porque ya hay palabras que no van, o personas que leen, como él, o los amigos míos, o la familia, o los conocidos, o no sé, pero toda una serie de cosas que me hacen pensar que expresión esto no es nada, ni espacio libre ni nada de eso, porque cuando vos te creíste que me decías una cosa fuera de lugar porque te molestaba aquello que leías acá en este espacio y vos reclamabas, sin reclamar, porque te molestaba pero no estaba bien que te molestase, digo ¿creías que eso no tenía destinatario? bueno, es que sí, es que no te quiero decir que esté todo calculado, pero un poco acá el asunto es que uno sabe demasiado quiénes nos leen, y esto ya es más una encrucijada que un camino, no sé si se entiende a lo que voy es que cada-una-de-estas-palabras-esta-atravesada-por-un-montón-de-variables-que-hacen-que-esa-palabra-no-sea-ninguna-otra
pero no se entendió que lo que quiero decir es que hay que dar lolamaar por cerrado e inventar alguna nueva o mejor ninguna y a ver entonces en calidad de qué me invitan a leer si finalmente siempre soy aquella que leen muchas chicas en busca de rubios reflejos
cada cosa que escribo acá es mucho más aquello que no puedo escribir

jueves, noviembre 09, 2006

 
Mientras escucho el que ahora es mi tema favorito y recorro blogs al azar de next blog, recuerdo que hace muchos años, cuando comenzábamos a manejar mails y mi papá se lanzó a su primera dirección electrónica, descubrí las mejores crónicas de la vida cotidiana que leí never ever.
Mi papá no sabía manejar la cuestión del correo y yo, cuando quería, lo ayudaba. Un día descubrí los relatos que le enviaba un paciente que se había ido a vivir al exterior. Me hice adicta a esos mails que contaban los detalles de la música nacional que sonaba en autos alquilados manejados en rutas extranjeras. Recuerdo el nombre frío, muy frío, de la chica que le gustaba. Sus temores y sus formas de adaptación. Eran relatos de oraciones cortas, secas, con mucho verbo. Parecían de Carver, quizá. Si encontrara esos mails los compilaría o los publicaría en secreto en un blog anónimo. O no me animaría.
De relato en relato, vuelvo al de ayer. Un personaje mítico aparece en la voz de Ch. cada vez más seguido. Pedro. Alguien que yo podría jurar que no existe pero a quien no dudaría en reconocer si lo cruzara alguna vez. Habla de capoeira, rodas, enfrentamientos con mucho más de cuerpo que de palabras (pero cuánto de retórica...?). Pienso en performance (porque yo soy tan educada... -hasta el hartazgo). Ch. habla de Pedro y yo -no es la primera vez- pienso en algunos relatos gauchescos. Quizá Moreira: el que no muere nunca hasta que muere. O el que muere sin morir. Pedro llama a las personas por lo que son y maneja una verdad que es de temer. Mientras muchos tenían apodos al menos camaleónicos, a Ch. le dedicó uno muy breve pero que encierra el absoluto. En el extremo ya hay algo que habla de él, más allá del sentido literal primero.
Me pregunto cómo sería para mí encontrar un personaje así. Y qué nombre me pondría.

 

Sigue dando vueltas...
A LA ORILLA
Este sábado, 11/11, a las 14 hs.
MALBA - Cine
Av. Figueroa Alcorta 3415

Y también...
Jueves 16/11, 18.30 hs.
Cine Gaumont - Espacio INCAA Km 0
Av. Rivadavia 1635
Festival DIVERSA
Sección Competitiva Cortos Argentinos

martes, noviembre 07, 2006

 
Justo en un día que juraría no poder enseñar nada a nadie, se multiplican las experiencias pedagógicas. Llegan buenas repercusiones de la lectura-charla de ayer en la Escuelita de publicitarios y mañana vuelvo al encuentro de adolescentes en una tarea que lleva mes y medio de trabajo.
En las caras de ayer veo una escucha atenta a mis palabras. Encuentro respuestas a preguntas que no son demasiado sencillas, como un test que me ubica en lugares que todavía cuesta asumir.
Igual, todo se construye/destruye y hoy a la mañana sólo hubiera necesitado que alguien junte mis pedacitos para armar otra vez.
Llegó al mediodía con sabios consejos y mimos express que cambiaron los colores del día.
La nostalgia vive en youtube. Basta poner daft punk + buenos aires para recuperar las sensaciones de intensidad que ahora extrañamos tanto. Esas luces que me devuelven un corazón que late a ritmo nuevo y que vive como nunca antes. Ayer dije que me daba miedo depender afectivamente de alguien. Por momentos vamos a velocidad extrema pero también encontramos un buen paso a paso que sirve a bases sólidas. Lo bueno es que parece que todavía falta lo mejor. Y que eso quizá no es (sólo) cuestión de tiempo.

lunes, noviembre 06, 2006

 
¿Qué pasó? Surgió un posible cambio que un poco esperaba pero ahora hay que decidir-encararunareunión- plantear el cambio y me agarra una angustia terrible.
Encima empezó la semana y parece que a él se le pasó el tonito romántico de estos días. Y yo que soy así: de querer untarme al oído sólo palabras dulces.
Intentaré una buena noche. Aunque ahora no tengo muchas fuerzas.

 
Los fragmentos no alcanzan a ordenarse para recuperar una de las mejores noches en años, en todos los años. Si quisiera escribir una crónica ordenada en el tiempo, en un momento se haría imposible y comenzaría a inventar. Recuerdo y no recuerdo. Ahora miro en youtube videos del show, igual en todas partes, y en la oficina creen que estoy loca.
Recuerdo las luces, los saltos, los besos. El cuerpo yendo solo. El momento en que moví la cabeza y sentí que solita ella se me iba cincuenta metros y volvía. Ahí comprendí que empezó todo. Las luces otra vez. Las luces distintas cada vez que miraba al escenario. Mirá, mirá. Había que decirle al de al lado. Y cada vez era un juego distinto. La pirámide encendida, o el fondo, o el fondo y la pirámide, o lo de adelante. Un show tremendo. Bailar con los chicos. Bailar con vos. Bailar y bailar, hasta que sólo así, podamos calcular la nueva medida de las cosas. Y las cosas se hicieron nuevas, las medidas novísimas. Nada de lo que había sido hasta ahora nos alcanzaba. Palabras de amor para todos, para vos y para mí desde las estrellas. Y fuimos por más. Palabras para los amigos que no estaban, milagro celular mediante.
Hicimos una ronda y yo entonces dije por qué estar así no puede ser una vocación. ¿Cuál es tu vocación? Y responder, bailar y bailar, hasta que sólo así podamos calcular la nueva medida de las cosas; hasta que amanezca; hasta que las piernas digan basta; hasta que la posibilidad de dormir en una cama sea mejor que el pasto húmedo; hasta dejar de querer moverme para dormir entre tus brazos, en silencio y sin nadie más; bailar y bailar, esa música que no puede escucharse si te quedás quieto; y brillar, como brillaban los ojos negros, los marrones, la piel húmeda. Y la seguridad de que todos los verbos cerca tuyo pueden ser la mejor vocación.

sábado, noviembre 04, 2006

 
Desde hace días me lloran y me duelen los ojos. Me cuesta leer. Me lavo la cara después me baño pero sigue doliendo.
Una amiga va a una fiesta en mitad de la semana y se pasa se pasa se pasa no duerme por más de treinta o cuarenta horas creo y no sabemos por qué pero se siente mal y nos preocupamos un poco no tanto. El que sabe le habla y acierta. Se tranquiliza ella duerme y al día siguiente se siente mejor.
Gente que quiere la gente que quiero se está por morir. Cunden las enfermedades en los de sesenta y pico. Los niños pasan ciertos riesgos pero se salvan.
A mi alrededor embarazadas y casamientos. Precios de alianzas (¿quinientos pesos las más baratas?) y proyectos de bebé si todavía que no están en la panza. Aborrezco los almuerzos en la oficina, las conversaciones de mujeres que me miran como si yo fuera rara por conversar con los varones de música y las fiestas de noviembre.
También cerca mío él se pone loco por las obligaciones académicas y a mí me agarra esa cosa de relativizarlo todo: nada de esto es importante. Ganas de decirle ¿a vos no te importaba cuando caían las bombas y ahora si promocionás o no? Nada de eso importa. Ni siquiera cuando me saqué un dos. Y eso que yo misma soy lo que más me importa en el mundo. Pero nada de lo que puede pasar en los próximos días, más allá de los nacimientos y las muertes, los pasajes guardados en el cajón, es demasiado importante. Lo que quiero decir es que relativizar eso quizá ayude a mejores resultados. Y sino seguro y en todo caso, la vamos a pasar mejor. Hoy a la noche. Saltando. Y cuántas ganas de bailar y olvidarlo todo. Que hay que estudiar y todo.
Bailar y bailar como si sólo así
pudiéramos calcular
la nueva medida de las cosas.

viernes, noviembre 03, 2006

 
Tengo un amigo que es un héroe.
Entre todos, casi sin saberlo, como un acuerdo tácito, vivimos para contarla, y en eso, salen cosas así.

 
Leo el último post de perrodeaguas y pienso:
Debe ser que vivo en un puro presente,
porque aunque busco
-lo juro-,
no encuentro ningún recuerdo,
ningún relato de ayer.

jueves, noviembre 02, 2006

 
Antes de ayer me encontré con una amiga a la que no veo demasiado y con la que hablo poco. Me dijo que justo se había acordado de mí, de mi último llamado, de que me llamó, yo no estaba y que no me llamó más. Justo unos minutos antes de cruzarme en la calle venía pensando en eso. En que teníamos que hablar. En que iba a llamarme esa misma noche o quizá mañana... Y entonces le toqué el hombro.
Ayer al mediodía vi a una amiga de unos amigos a los que no veo desde hace tiempo. F y G, una de las parejas equipo. Vi a la amiga de ellos con una mujer que evidentemente era su madre y con un cochecito que llevaba a una beba que evidentemente era su hija. Entonces me pregunté por F., si andaría bien con G., si ya estaría embarazada (¿por qué no?), cómo andarían los dos, juntos y cada uno, por sus pagos juninenses. A la noche, cuando abrí mi casilla de correo, me encontré con un mail de F. que invita a su cumpleaños, fiesta con DJ y tragos, este sábado en la quinta de Junín, para celebrar su treinta y pico y las veinticinco semanas de embarazo.

miércoles, noviembre 01, 2006

 
Ahora hay que esperar. Guardar los pasajes en el cajón y cada tanto acordarse que faltacadavezmenos para los días en la playa. Los sábados me pongo protector para que el sol del balcón no dañe mi piel y cuando despierto al chico él pregunta dónde estuve, como si todavía estuviera -él- soñando y yo viniera a despertarlo recién salida del mar. Pequeños simulacros de verano y hasta entonces mucho por hacer y todavía más por ahorrar.
Protector solar y canciones en portugués.
En noviembre, las fiestas y todo lo que hay que leer para escribir.
Ayer ni me enteré de Halloween. Idas y vueltas al centro hasta por fin tener conmigo los pasajes. Después una paradita en Marks para una limonada y tomar unas notas en el cuaderno que viajó a Nueva York. Justo llegó el mensaje "buenísimo ahora a empezar a viajar...", y ese cuaderno es un poco eso. El acento español y los idiomas extraños de Palermo también.
Un poco más acá una chica con caradeactrizdealmodovar toma café con un chico que es tremendamente falto de onda. Más allá un hombre le hace upa a un bebé de pocos meses. Merienda y alterna en la boca de su hijo el chupete y su propio dedo. Leo sus labios. Le dice "te amo" al oído, varias veces.

martes, octubre 31, 2006

 
En un par de horas voy a sacar los pasajes y estoy nerviosa nerviosa.
Que sea una locura me encanta.
Hacer la mochila y viajar. Y vivir como se pueda.
Pero no es eso, creo. O un poco sí. Pero también es lo otro:
Cerrar los ojos y decir sí. Dar el salto y estar en aire.

lunes, octubre 30, 2006

 
El rito fue menos impresionante de lo que imaginé, quizá porque me senté lo suficientemente lejos, porque no miré justo ahí cuando lo hacían y porque el bebé no lloró tanto como esperaba.
La madre tampoco ocupó la primera ni la segunda fila. La vi conversando con otras chicas que estaban con ella mientras yo imaginaba lo difícil de mirar que toquen al bebé que hasta hace tan pocos días estuvo en la panza y que ahora pasa casi todo el tiempo en sus brazos. Cómo lo tocan y una no puede estar ahí para sujetarlo, contenerlo o sacarlo de allí en un impulso saludable. Ella conversaba mientras adelante el padre, los abuelos y el tío acompañaban al pequeño I. en su primer rito de iniciación.
Imágenes que hasta hace no tanto tiempo me eran indiferentes hoy son significativas. Él ahí con su familia, la kipá y el niño en brazos. Su gesto emocionado cuando íbamos por la calle. El primer regalo para el sobrino que en secreto elegimos los dos. Las palabras para decir que le gustó que yo estuviera ahí.
Todo eso que emociona y asusta al mismo tiempo: la posibilidad de no desear nada más.

viernes, octubre 27, 2006

 
Cuidado de sí:
Levantarme sin fuerzas. Inventarlas. Dejar la cama. Poner un buen disco. Ordenar la casa. Empezar por un cajón lleno de papeles para tirar. Asumir el riesgo del cajón vacío. Limpiar los cuartos, incluye plumero. Encerar los pisos. Después el living y la cocina. Dejar todo listo para un sábado-comienzo, después de semana-enferma-inútil. Listado de asuntos para mañana. Esos hermosos todos ad-honorem. Empezar unas notas. Seguir un guión. Estética del cuerpo. Uñas, depilación, el pelo. Eso mañana. Ordenar mejor hoy antes de cena con amigas. Un poco de autoerotismo. Airear. Mañana a la mañana, el diario y flores nuevas. No pensar sólo si. Dejar todo como a mí me gusta. Ocupar el espacio.

 
Ya no sé. Perdí un concurso. Supongo que no importa. Que los concursos importan nada más cuando uno los gana. Si lo ganaba me solucionaba algunas cosas, como vacaciones y renovación tecnológica. Ahora no sé. Tengo que juntar plata para las vacaciones porque no tengo un centavo ahorrado. Tengo fiebre además. Hoy me desperté mejor pero ahora volvió a subir la temperatura. La fiebre y haber perdido el concurso me dan ganas de llorar. No sé de dónde sigo sacando fuerzas para algunas cosas. En enero me presenté a una beca que perdí. Y ahora mandé a un concurso que también perdí. Podemos decir que soy una perdedora. No me hago la víctima ni nada. Es la pura realidad. No es víctima, es perdedora, lo cual incluso puede ser una figura interesante. Lo único, la cuestión de las fuerzas. Porque me iba a poner a escribir otra cosa y ahora dudo de todo, de todo, y más que nada después de la declaración. No dudo de haber hecho la declaración ni de lo que dije en la declaración. Pero sí que a veces uno afirma un cosa y eso pone todo en duda. Por las implicancias, no? Porque el otro de pronto puede pensar ¿todo eso a mí? Y empezar a dudar. Entonces dudo de si estuve bien en hacer la declaración. Pero ya está. Y en el fondo creo que estuve bien, tan bien como haberme presentado al concurso, porque no sé cómo pero me sigo jugando y cuando creo en algo voy y lo digo, lo lindo o lo feo pero siempre de frente, aunque me juro y perjuro que si esta vez no va yo agarro los sentimientos y los tiro por la ventana y se viene una etapa de hacer pero sin sentir. Porque si después de toda esta energía la cosa no funciona, yo ya no sé, me quedo vacía y la vida se vuelve triste. Los concursos, el amor, todo. Quizá estoy un poco negativa. Será la fiebre y que perdí. Eran tres mil o dos mil pesos. Sigo en ahorro cero pero un paso más adelante en la carrera de perdedora o alumnaochonuncadiez, aunque ahora ni sé si ocho. Me acuerdo cuando en actuación me dijeron que era la obrera. Pura voluntad de trabajo. Pero de talento ni hablemos.

miércoles, octubre 25, 2006

 
Ahora el termómetro indica fiebre. Así que un ibupirak y a esperar que baje. Ya me saqué el pijama, me vestí (el frío y la fiebre desordenaron mis planes de vestimenta para hoy) porque en un ratito llegan los chicos de la revista y más tarde vamos al ciclo en el que leo. Con la voz que tenga y pese a cualquier temperatura. Mía y del aire.
Hoy terminé de leer una novela que empecé hace pocos días. En pocas horas, hoy, me enteré de varias noticias. Como que la novela que terminé recién va a ser llevada al cine. Por Lucrecia Martel. Pienso en el clima de la novela y en el cine de Martel y si bien me parece que a ella le interesa ese tipo de ámbito, en ningún momento de la lectura imaginé que aquello podía ser una película de ella, quizá por la estructura narrativa, o por ese microcosmos que interesa pero alejado del paisaje provinciano. Entonces los colores. Nunca pensé en ese relato con los colores de Martel. O las tonadas. Los detalles que hacen a una identidad.
O me entero de que la mamá de alguien que conozco sacó la primera mención del Premio Clarín. Yo leí la novela de ese chico que conozco y me gustó. Todavía no se editó. Sobre la novela de su mamá no sé nada, sólo que él ayudó a corregirla.
Y que falleció Nicolás Rosa. El titular de Teoría III. Me enteré hace un rato. Es la única materia que estoy cursando. También que el papá de alguien que quiero mucho está muy mal pero que sobrevivió al día de hoy. Y que el papá de otra persona a quien quiero mucho también está muy mal, y que no se sabe cuánto más va a sobrevivir.
Hoy leí todo el día al cuidado de Ch. que me acompañó varias horas. Y recibí noticias. Unas y otras. Tengo fiebre y en un rato me voy. A leer pese a todo. De pronto el frío afuera y mi temperatura sube. A la noche transpiré y dormí mal. Supongo que en no mucho más consiste una gripe.

martes, octubre 24, 2006

 
Estoy dele tomar té,
porque de verdad,
me estoy quedando muda

 
Llego nueve y diez y nueve y cuarto alguien me grita por teléfono, confundido, enojado, me grita, me culpa, quisiera insultarme, lo sé, pero no se anima, y yo no puedo ayudarlo, se lo explico pero no me cree. Además, el aire acondicionado que estropea mi garganta, cada vez peor, recién es martes, después de un lunes muy lunes, tránsito loco y llegadas tarde, una actividad tras otra, tareas que serán perpetuas durante toda la semana. Escribir en la oficina ya no tiene posibilidad de ser poético. Prefiero la ventana del piso trece pero a la noche estuve agotada. Un domingo hermoso es demasiado contraste con un lunes tan lunes y con un martes que empieza a los gritos, ¿por qué?, ya no tengo fuerzas y apenas queda un resto de malhumor con mucho de resignación para escuchar otros reclamos y encarar otras cosas. De la resignación no tardo en llegar a la angustia, no quiero esto para mí, no quiero atender llamados de gente loca ni trabajar para nadie. Y escribir sobre esto me parece lo peor.
Decíamos que octubre es un mes difícil: ya pasó el comienzo de la primavera pero todavía no es noviembre ni el fin de las actividades. Sólo se siente el cansancio y no sabemos de dónde sacar fuerzas para seguir. Las vacaciones son ahora algo que hay que decidir porque si queremos pasajes tenemos que sacarlos ya, por ahora es más presión que placer. Sólo las noches se ponen más lindas, y el domingo, la familia y vos, los libros, el cuadrado verde, el balcón y la ciudad ahí aquí.

lunes, octubre 23, 2006

 

Agrollar (cont.)


Fecha: Fri, 20 Oct 2006 16:27:54 -0300
De: "Ariel Schettini"
Asunto: Gracias!!!!!!
Gracias Amigos y Amigas!!!
Gracias al trabajo de todos, en menos de 24 horas he recibido una gran cantidad de respuestas positivas y aparentemente “agrollar” está tomando vida propia y estamos sacando la palabra adelante.
Esto me estimula mucho para continuar con la creación y espero muy pronto llegar a ustedes con alguna palabra un poco más filosófica, más importante, para que entre todos, dejemos una marca en la historia.
Ya no es un asunto de vanidad personal. Como verán en los ejemplos que acompaño, estamos haciéndolo entre todos.
Y sepan que no es poco.
Dentro de miles de años, la palabra será una de las más usadas y cuando historiadores, filólogos y filósofos busquen su origen, nos encontrarán a nosotros, hermanados, saludando desde el confín de los tiempos y dirán: “Esa palabra fue de ellos. Ellos fueron los primeros. Esos pocos felices que supieron ver al lenguaje en su agotamiento y franquearon su límite cual si fuera una puerta en vez de un borde. El origen del lenguaje y, por lo tanto, del mundo, hay que verlo en sus vidas.”
Hay un momento, amigos queridos, en el que uno se une a las personas correctas como quien se suma a un ejército para dar batalla y en ese momento la cultura es un material plástico, maleable y dócil en nuestras manos. Así se da un paso en el futuro.

Acá van apenas algunos usos novedosos de la palabra anónimos, porque en realidad es el lenguaje que se responde a sí mismo:

1.
¿No viene de argollar?


2.
Lo voy a usar –si me lo permitís- para describir:

- la acción de agrollar en forma descendente y parejito el borde de mi paquete de Yerba Cruz de Malta, para evitar lo inevitable: que se caiga yerba en el mármol de la mesada.
- la acción de agrollar el preservativo en forma ascendente para evitar lo que a veces es inevitable. Lo contrario –que no siempre es tan excitante- sería desgrollar?
- la acción de agrollar la caja de pizza luego de haber guardado las porciones sobrantes para el desayuno. Se la agrolla, y luego se la pisa en el extremo sobrante, de modo tal que entre a presión en un el tacho que, inevitablemente, siempre es menos profundo que la diagonal de las cajas de pizza de cartón. (No así en los dibujitos de Don Gato y su pandilla y en Norteamérica, cuyos tachos están pensados para acumular la cuota semanal de cajitas felices, porque ellos lo son).

3. También se aplica cuando alguien tira una onda para un amante (o ex) y se le atiende el teléfono, se le dice todo que sí, y se corta sin establecer ninguna cita (el momento en que uno finalmente tira el volante que amablemente aceptó sin intenciones de leer).
Este último ejemplo es el que acabo de experimentar en carne propia: nunca me habian agrollado antes! MI ex amante brasilero (el indio pata sucia) vino a NY, me quemó el bocho por email con discurso amoroso (nada más sospechoso), me llamó para verme y... desapareció. Qué me contursi? Pero por suerte te tengo a vos que me regalás con el concepto de mi propia experiencia, que hasta ahora me resultaba ininteligible, irreal... que consuelo el orden simbólico!

sábado, octubre 21, 2006

 
Siguen los síntomas del comienzo de verano: en casa prefiero estar en bombacha. Me saco la pollera, las sandalias y quedan apenas la remera, la bombacha y un par de ojotas para sentarme a la computadora y empezar a redactar la primera consigna de un parcial domiciliario. Pasaron ya muchos minutos de las cinco de la tarde, supongo que eso quiere decir que voy atrasada, escucho el unplugged de Nirvana y el sol ilumina desde la ventana que da a Medrano, es decir, desde el costado de la casa.
A la mañana me desperté temprano pero como todavía faltaban varias horas y no quería dar lugar a la ansiedad, decidí dormir un rato más, y en los sueños apareció el chico de ahora con cara de un chico anterior. Era el de ahora, sí, pero como la incomodidad que me hizo dormir más horas venía como habitus de lo anterior, en el sueño yo sabía que era uno pero con cara de otro. Tengo panzada de sueños para entregarle el martes a mi psicoanalista.
Un almuerzo en familia pero sin mamá es extraño. Me niego a ocupar la cabecera porque no quiero ser tal cual ella cuando deja los espacios. Ojalá se tratara sólo de una cabecera y no de un montón de comentarios y actitudes que me salen o temo que me salgan igual.
Cuando en la mesa nos copa la política y un Perón se lo merecía, entre un montón de razones lógicas para explicar lo que pasó, yo me voy a jugar y a bailar con Clara a la otra zona del living, chocamos las manos, bailamos con nuestras polleras y ella aclama, como aprendió de su amiga Lola, que somos iguales. Pregunta por la pelota, digo que no sé dónde está y entonces ella concluye que se perdió, más tarde la buscamos afuera, dice.
Una vuelta manzana para hacer las compras de la cena, y en casa ponerme a escribir, no sin antes hacer otra cosa, y sorprenderme por las cosas en las que pienso mientras lo hago. Casamientos y niños nunca antes me habían resultado tan excitantes.

 

Agrollar

Fecha: Thu, 19 Oct 2006 16:16:53 -0300
De: "Ariel Schettini"

Asunto: nuevamente


Queridos amigos y amigas:
En cumplimiento de mi tarea de poeta de brindar una palabra al mundo y mirar al universo con ojos nuevos y descubrir la verdad oculta en el lenguaje y todas esas cosas, acabo de crear mi primera palabra.
No es una gran palabra, pero creo que puede ser útil. Me parece que en estos casos, lo mejor es ir con pies de plomo. Ahora tenemos esta palabra; quién les dice, si me sale bien y la lengua me la acepta, termine haciendo una importante.
La entrego con humildad al lenguaje, esperando que cuando lo crea oportuno, la Real Academia Española se haga eco y la tome en consideracion.
Para ello necesitaría que la gente empiece a hacerla parte de su propio acervo lingüístico y me pareció que quizás Ustedes me puedan hacer ese favorcito. No lo hagan por piedad, háganlo sólo si les parece que les resulta útil. No quiero llegar a la historia de la humanidad por lástima; sean sinceros, si les parece que no sirve, chau, la tiramos al tacho de basura y empezamos de nuevo.
Gracias por tomarla en consideración.
ariel

Definición

Agrollar:

V. Dícese del movimiento por el cual se toma y se abolla al mismo tiempo un volante entregado en la calle por un volanteador.
Úsase también en sentido figurado.

Crítica de la palabra:

La palabra “agrollar” nace, como es claro, por la fusión de dos verbos que se constituyen en un único movimiento: Agarrar y abollar.
Figuradamente se usa cuando una persona no se siente bien recibida o tratada sin respeto o no escuchada en sus demandas.
Ej: Fui a la conferencia pero me agrollaron. No sé para qué la visité si me agrolló. No agrolles las personas al piso, pueden tener algo valioso que decir (dicho popular).

Hay discusiones en la filosofía occidental del siglo XXI acerca de si se trata de una acción de izquierda, es decir de una práctica que conduce a la revolución, es decir de una praxis (al agrollar tiendo mi mano a la clase baja y lo ayudo a salir del desempleo mediante un miserable subempleo; y la molestia que me causa la persona parada en la vía pública ni se compara con la gauchada que le hago, porque le doy sentido a su vida)
O de derecha (agrollo y por lo tanto calmo mi conciencia frente a la distancia de clase, y la conciencia del volanteador que, si fuera de otro modo estaría robandome a mí o agrollándome sin piedad, de modo que nublo su idea de ser humano con un trabajo que carece de sentido pero lo mantiene ocupado).

viernes, octubre 20, 2006

 

Todas las cosas de ayer se combinaron a la noche para armar relatos macabros.
Primero llamo a casa para ver si hay mensajes. Atiende mi mamá y le pregunto qué hace ahí. Ella me pregunta qué hago yo, que me la paso "haciendo lío con los tipos" y yo pienso cómo me dice eso si justo hoy podría haber visto a A. y no lo vi, si estoy con Ch. y estoy bien, fuimos al cine y estamos durmiendo, por qué me dice eso, y ella dice que alguien me persigue y que por eso fue a casa, que alguien me robó contraseñas y que ella sólo está para cuidarme, que habló con G., que le preguntó por mí y le dijo que yo venía "haciendo lío con los tipos".
Hace tiempo que no tenía miedo escénico. Desde que dejé de actuar. Las lecturas no me dan miedo. Pero parece que un poco sí. Como cuando iba a estrenar y la noche antes soñaba que olvidaba toda la letra, que me quedaba paradita en el medio del escenario mirando al público sin saber qué decir. Ayer olvido el texto. Me acompaña mi mamá que sí había llevado textos suyos (¿desde cuándo?) y entonces leía. Usamos polleras rarísimas, lunares y flores al mismo tiempo, todas blancas y azules quizá porque hoy es Shabat. Mi mamá lee porque yo olvido el texto en casa. Yo lloro y entonces Funes, el que me convoca, se acerca con un cuaderno escrito a mano y dice que a él le gustan tanto mis textos que los tiene copiados en un cuaderno. Cuando empiezo a leer me doy cuenta de que el manuscrito dice lo mismo que el que yo había olvidado pero de otra forma, horrible. No quiero leer. No leo. Me quedo muda. El ciclo se llama Los mudos. Leo el miércoles que viene y hasta el sueño de ayer no me parecía en absoluto importante.

jueves, octubre 19, 2006

 
Dos encargados de edificio leen el horóscopo del Diario Popular. Son las ocho y media de la mañana y caminamos en silencio, pregunta por qué el silencio y no sé, creo que estoy repasando las tareas pendientes, o que no hay ninguna causa especial, quizá la hora, el sueño, las pocas ganas de hacer cualquier otra cosa que no sea estar así como estuvimos hasta hace unos minutos.
Los encargados leen el horóscopo, ¿leerán el de sus mujeres también? ¿o el de sus hijas? Eso es muy de chicas, leer el horóscopo de ellos. Ellos los novios, los hijos, los ex y los que nos gustan. Creo que en la suma podríamos leer los doce signos del zodíaco.
En el colectivo, una chica se toca la panza. Es delgada pero su embarazo es evidente. Cuando pregunto responde que sí y entonces exijo que le dejen un lugar. Con la buena acción del día paso al fondo. Pocas cuadras antes de Canning y Corrientes reconozco primero a una chica y unos metros más adelante a un chico que no veo desde hace tiempo. De ella me acuerdo el nombre, me detengo en sus caderas, pienso en las mías. De él sólo recuerdo el apellido; es el hermano de alguien que conozco pero que ni siquiera llegó a ser amigo. Pienso en la palabra comunidad, en los apellidos, en los apellidos que se perpetúan, en los que no, en cómo me gusta cuando él me llama por mi apellido con ese tono que invita al juego.
En las primeras horas de la mañana el sol pega horizontal. A media mañana recibo un llamado y no sé bien cómo responder, qué decir, pero no quiero que la pases mal, sea como sea me doy cuenta de eso, de que no puedo hacer nada y de que otra vez no tengo ganas de ninguna otra cosa que no sea estar así como estuvimos hasta hace unas horas: casi todos los días, todo parece bastante salvaje por fuera del cuadrado que son los acolchados verdes.

 
Acabo de leer esto en La Nación y suena imperdible. Yo no puedo ir, pero para quien pueda:

LUIS ALBERTO SPINETTA
Junto a la Orquesta Académica del Teatro Colón, dirigida por Carlos Calleja,
el Flaco repasará algunos de sus clásicos, como
"El anillo del capitán Beto", "Durazno sangrando" y "Aguila de trueno".
Hoy, a las 17, en el Teatro Colón, Libertad 621. Entrada: $ 5.

miércoles, octubre 18, 2006

 
La gente descansa un fin de semana largo, agradece y disfruta un lunes en su casa o de paseo, tiempo para ocio, lecturas, mimos y responsabilidades en pausa hasta el martes. Retomar después se vuelve difícil: en la oficina predomina el malhumor, todos (ellos, ellas y quizá yo) parecen indispuestas, tengo el escritorio abarrotado de tareas y por chat llegan los relatos de cómo cuesta volver a estudiar y/o trabajar. Las razones del malestar me importan poco. Reconocer el timing evita preocupaciones.
Yo me acelero rápido y respondo más o menos como se espera, pero por dentro los tiempos son otros y quizá en ese desfazaje hay un poco de tensión:
ayer caminé mis itinerarios (de Salguero y Guardia Vieja a Salguero y Arenales, después el regreso a Guardia Vieja y más tarde de allí a Malabia y Paraguay, la clase de Yoga en Rivadavia y Sanchez de Loria y de vuelta a casa, Guardia Vieja piso 13), decía, entonces, los itinerarios a pie mientras redactaba por dentro una carta que a la noche no llegué a escribir. Si no redactaba, caminaba intentando recuperar con precisión algunas postales del fin de semana, las palabras descontroladas por el exceso de bebida y las descontroladas sólo por el deseo. Cuando quise recordar lo que creía recordable, apareció la voz de lo que no recordaba (no será hermosa pero sí muy inteligente) y la emoción en pleno itinerario , cómo puede ser la sensibilidad, y volver a redactar lo que después no llegué a escribir.
En yoga, todas posturas nuevas. Invento la diferencia entre postura y pirueta. La medida está entre la dificultad y mi torpeza. Las piruetas se convierten en posturas tres clases después del primer intento, cuando mi cuerpo empieza a responder y comprende que en lugar de probar una pirueta se trataba de colocar una postura. Tres clases de atraso.
Mi cuerpo procesa distinto que otros cuerpos.
En ese timing que también reconozco, encuentro todo lo que no dije esos días y que ahora podría decir:
comprender que pese al torbellino hay un orden de cosas que necesita reposo y serenidad para encontrar su justa expresión.

martes, octubre 17, 2006

 
Varios días, ¿cuatro?, sin blog, y se confirma su existencia por la existencia de la oficina. Oficina y escritura, relatos de la experiencia por fuera del horario laboral. Pero no quiero contar nada, no sé qué pasa, miedo de que el relato anule la experiencia o la devenga sólo relato, apenas sueño, miedo de haber creído algo que no es, y no sabés, lindo, cuantas ganas de que sí.
Cuando yo lloraba y preguntabas miedo de qué, el corazón latía fuerte en tus manos y aquello de sivava,ysino,no se desvanecía en un montón de deseos que a esta altura, sino,no, me dejarían desnuda en mitad de la calle, como volví a soñar el domingo en tu cama. Pero eso no lo voy a contar, prefiero el silencio en los ojos negros para sumar ramas al nido.
Sí el sábado a la noche. Taxista alemán contando chistes de gallegos, ¿en alemania también se cuentan chistes de gallegos?, preguntó alguien, el taxista dijo no, y cuando alguien más preguntó entonces de qué, yo dije, como obvio, de judíos y los judíos nos reímos, borrachos, y yo no comprendí por qué.
O el domingo. El parque Rivadavia. La alegría de poder mirar libros, como si en eso estuviera, en ese momento, toda nuestra afinidad. Una torta después, el partido, leer juntos, una película, la cena.
No quiero contar pero cualquier relato me devuelve ahí, el taxista y el Parque Rivadavia, la banda del amigo, viernes en el planetario, un encuentro con el celestino que nunca se enteró de que tuvo algo que ver con esto, los besos en los hombros.
Pienso que no tengo tiempo ni tranquilidad de acomodar mejor las palabras, la escritura de la angustia es mejor,
lo pendiente es encontrar la poética de los días felices.

jueves, octubre 12, 2006

 
Me paso el día emocionada por el nacimiento de alguien que podría ser tan cercano como lejano. Cuestión de tiempo. El llamado para contar que ya nació es de por sí emocionante y después de eso sólo pienso en bebés, en embarazos (empieza la primavera y las embarazadas se multiplican, ¿o no?) y en celeste y rosa. Las conversaciones con Inés, las hormonas, los niños y el futuro. Leo a Marina, la expresión justa: "el sexo es mucho mejor si hay amor y deseo (aún como fantasía) de procrear".
Hay días en que sólo podría citar, hablar robándoles palabras a ellas, las sabias. Días en que quisiera no tener que parecer nada, andar a llanto y camisón y encontrar en tus ojos limpios el reflejo de los míos mojados.
Quisiera creer que soñar no cuesta nada, y hablar todos los sueños, encontrarnos a fantasear como si fuera un juego de asociación libre y que eso sea la felicidad toda.

 
Bienvenido, Iao.
...Vamos pedaleando
contra el tiempo,
soltando amarras...

miércoles, octubre 11, 2006

 
Llego corriendo a terapia porque justo cuando estoy por irme de la casa de mi hermana, mi sobrina, lista para dormir, tose y vomita toda la leche que había tomado un rato antes. Tremendo vómito que me voy a poner a limpiar si mi hermana me dejara, pero ella dice no no, es mi hija, y yo digo, sí, claro, es mi sobrina, entonces me acerco con un trapo y oh my god, el olor del vómito de mi sobrina, y mi hermana la consuela, no me deja limpiar, lo va a limpiar ella, pienso en la maternidad, las delicias de la maternidad, y cómo no voy a limpiar el vómito de mi sobrina, no pasa nada, pero no, no me deja, entonces agarro a Clara, que ya está de mejor humor, mira su vómito y habla de la lechita, quiere limpiar, vamos a tomar agua y cuando volvemos se resbala, se vuelve a caer al piso lo que ya había de vómito en la palangana y ella de cola arriba de todo el líquido, ¿nos reímos o lloramos? las tres nos reímos, oh my god, qué complicado, qué lindo, qué bueno ser la tía, y las adoro pero ya me voy, yo y mis veinticuatro y a ser madre dentro de mucho tiempo.
Corregir el cuento es tedioso como pocas cosas. Los amigos hacen comentarios positivos y aportes minuciosos. Coincido, agradezco, corrijo. Todo parece quedar como antes pero hago muchísimas correcciones, ínfimas. Quiero entregarlo y pasar a otro texto. ¿Cómo vuelvo a escribir otra cosa si mientras empiece a escribir ya voy a saber que va a quedar poco de esas primeras palabras dispuestas como las dispuse? Me agota pensar esto pero es inevitable. Por eso me concentro en la historia. En mi mecánica tener una historia siempre es lo mejor, el lugar seguro, los límites de la cancha donde puedo después hacer todos los juegos y probar distintas estrategias.
Además, la miniserie. Y la revista. Y el 19 y 20. Y el trabajo, lo que hago y lo que no. No puedo relajarme en la clase de yoga porque al momento de abandonarme en el piso a la música y a mi respiración, me acuerdo de todos los llamados que debo hacer hoy y hago la lista en mi memoria para escribirla en un papel cuando llego a casa, y cuando llego, ayer a la noche, muerta de hambre, lo primero que hago, después de escribir la listita de llamados pendientes, es levantar los mensajes del contestador para escuchar la voz que provoca mi sonrisa, después agarro la ropa para ponerla a lavar, voy al baño, hago pis, respondo el llamado, y recién entonces, mientras pongo algo al horno, empiezo a limpiar la casa. Toda la cocina, el baño, el living. Lavar todo, trapo al piso, música fuerte y ventana abierta, lo del horno se cocina pero antes de comer cuelgo la ropa en el ténder. Ahora sí, a comer, son las doce y media y en un rato me duermo, en un ratito un par de horas, sueño ligero, me despierto acelerada y no me doy cuenta, pero ya estoy acá, otra vez, en la oficina. Corrijo el cuento, trabajo, chateo y creo que lo mejor sería parar.

martes, octubre 10, 2006

 
Escribo un post y lo borro. Reflexión en lugar de acciones. A mí me gustan los verbos. En lo que pienso hay demasiada exposición. Después de todos los mimos, lo único que dejo es lo que estaba al final: "Igual, con o sin reflexión, e incluso atrincherada en los logros personales (mujerindependiente, tantoproyecto, todoloquepuedohacersola y mirácómomedivierto) un montón de cosas empiezan a ser mejores convos que sinvos, y de eso, sino de qué, se trata estarjuntos."

lunes, octubre 09, 2006

 
Exhausta, termino un cuento. Hace meses que no termino un cuento así que también cierta satisfacción aún cuando no estoy segura de que funcione. No importa. Un argumento, tres días de escritura, un cuento. Bien.
Eso incluye una tarde aburrida ayer, una siesta porque todo el tiempo, durante los tres días de escritura, sentí que estoyporcaerencama, entonces ayer cuando llegué de un evento familiar ridículo y ni siquiera divertido, me acosté a leer el diario, a mirar por fox la hinchada del partido river-boca mientras los hombres relataban, y después dormir un rato, todo bien, la puesta de sol, me gustan los colores de estos días, el sol y las flores en casa, mi mundo poblado por unos y unas y otros, las fotos en el cuarto, los días de querer, y a eso de las ocho, cierta sensación de domingo domingo que combatí con una hora de cocinar, la humita por fin salió genial, y un llamado telefónico derivado en café.
A veces necesito enumeraciones para no entristecer mi remolino energético: últimos diez días, dos cines: Agua y Mientras tanto; un teatro: Rétame Zarate (en La tertulia, viernes a las 23 hs., está muy bien, recomiendo, tengo que escribir una nota sobre eso), un par de cumpleaños, y la maldita, sí maldita, porque yo te quería, Noche de los Museos con fiesta all included, a la que no fui. Ver amigos, el cumpleaños de S. y dormir donde dormí valió la ausencia en el evento, pero tampoco como para que mi mamá el domingo relatara todo tres o cuatro veces. Fuimos primero al Sívori, vimos una muestra de Marcia Swartz, una artista que me gusta mucho, muy original, creativa, creo que a vos te va a gustar, y había un pianista, tocaba Chopin, Beethoven... Y después fuimos al de Arte Decorativo, los recorridos eran gratis, había una cantidad de gente... Terminamos en el Metropolitano.
Así habla mi mamá, así tal cual, como una cobertura para el blog o algo así. Mi papá, en stereo, contaba el mismo relato. Una y otra vez, cuatro veces. Y yo no fui. Pero recuerdo, lo sé, que ver amigos, el cumpleaños de S., y dormir donde dormí, valió la ausencia.

sábado, octubre 07, 2006

 
Cosas por las que podemos decir que ya estamos en veranofindeaño (que no es igual, en absoluto, al veranocomienzodeaño):
-desayunar al sol.
-tomar sol.
-ver a tres amigas en bikini tomando sol en la terraza de enfrente.
-ver a un hombre joven, sólovestidoconunshort, jugar a las carreras con su perro en el balcón terraza.
-salir en musculosa a caminar unas dos o tres horas.
-tener la ventana abierta todo el día.
-almorzar a las seis de la tarde, tomar una cerveza, todo en el balcón, todavía en musculosa.
y en especial, esto es lo que hace a todo,
-que haya jazmines, haber comprado jazmines y que ahora la casa huela a jazmines.

viernes, octubre 06, 2006

 
Escribiendo un cuento judío, acabo de darme cuenta que las bobes de ahora ya no tendrán ese acento tan particular que también las hacía "bobes", esa mezcla aguda de castellano e idisch, o castellano mezclado con idioma de inmigrante, que hacía pronunciar a modo "de bobe" las erres, las eses.
Es algo evidente, pero acabo de darme cuenta y no puedo dejar de sentir que entonces se perdió algo, o que las bobes ya no serán nunca más "esas bobes" que nosotros tuvimos.

 
Pasear por San Telmo una tarde bajo el sol es un buen comienzo de findeldíadetrabajo. De Palermo a San Telmo, después el Centro y subte a casa. Quebrar los itinerarios cotidianos me hace sentir turista en mi propia ciudad. Las distancias entre los puntos de rutina son tan cortas como para que cualquier paseo varias cuadras más allá de mis cuadras signifique un recorrido nuevo a cara lavada, a cara de asombro.
Más tarde, volvemos a encontrarnos para disipar dudas. Las mías vienen como autoacusaciones viciosas que arrastro desde otras voces y provocan varios días de silencio neurótico como corset ajustado de más. Mientras nos relajamos, antes de salir, escuchamos a un vecino que parece esquizofrénico. Escucha voces y ruidos molestos que nadie escuchó. Se pone violento. Salimos cuando terminan los gritos.
Cerca de casa, un poco de teatro, risas y pasarla bien. Mientras disfrutemos habrá mañana, podría decir una canción cursi. Pasarla bien es un resguardo que permite recuperar la medida de las cosas.
El viento movió las nubes, la noche se ve clara y amanece despejado.
Remoloneamos a la mañana. Son las ocho y media y entre sueños discutimos cuestiones como si la heterosexualidad es cultural o biológica. De herencia freudiana, yo digo biológica, él dice cultural y yo digo que son las ocho y media, hoy me tomo la mañana, mejor los besos y dormir un rato más.

jueves, octubre 05, 2006

 

Interpreto como quiero la cita de Nessie:
“Entender el puré como una epifanía. Damn the language. Entender. No inteligir: entender. Una sospecha de paraíso recordable: No puede ser que estemos aquí para no poder ser.”
Julio Cortázar.
y me parece justa para hoy.
No puede ser que estemos aquí para no.
Un bollito para los miedos y explosión en el tablero de control.
Estrellato.
Condimento: pimienta roja. Las hormigas caminan por las paredes. Desean comer.
Damn the language. Que estemos aquí para no. No puede ser. Que estemos aquí para sí. Y sí, explotamos en el intento, la sangre salpica las paredes, y quizá la muerte, después de todo, nos recibe cálida.

miércoles, octubre 04, 2006

 
Una noche alucinada, deseo suerte y cuando se me desprende el corset, siento los hilos desanudarse rozando la piel de mi espalda, omóplatos en relieve, algo se afloja en la cintura, los músculos dispuestos otra vez como antes, cómodos como siempre, hasta que desde la izquierda mirada de horror y desde la derecha sonrisa irónica. Percibo y apenas mi espalda se sabe desnuda los músculos se crispan y todo -aún sin volver a anudar- duele más que antes. Pido ayuda, me acomodo el corset, espero que el chico que me gusta no se haya dado cuenta del papelón o que simplemente le haya parecido sexy, y para olvidar el asunto y volver a bailar, me tomo un relajante, y otro, y más tarde otro más...
Bellas metáforas. Y si no, ¿la literatura qué?
Posible respuesta.
Una noche alucinada, nos encerramos en una casa porque en los bares ya no se puede fumar y todos se quejan, incluso yo me quejo, sociedad frígida digo, vamos siendo todos iguales, robotitos regulados. Volvemos a prácticas ya viejas, ¿demodé?, como si fuéramos revista de otro tiempo, reunión adentro porque afuera no se puede, cambian las normas pero siempre reprimen, aunque ahora todo parece más ligth. Nos reunimos adentro, digo, una noche alucinada, antes de volver y que se me desprenda el corset, porque entro y salgo de la fiesta, me acomodo la ropa, retoco el maquillaje, los relajantes y todo eso, pero antes en la reunión en la mesa de libros siempre el nombre de autor. El mismo autor en el mismo ambiente dos libros, novela y ensayo, omnipresente desde el trauma o la pena resignada. O concreto: desde los libros. ¿El autor como productor era? Preguntale. Seguro responde. A todos nos habla desde los sueños. A todos nos verá en los eventos que vienen. Por suerte en sueños yo resuelvo y me sale más barato.
Desnuda sin querer, con el autor que taladra la cabeza y con un manejo de la estrategia por el que no me contratarían para diseñar ningún plan de ataque, sigo derramando lágrimas por aquel que envía apenas un mail por semana desde un páramo casi olvidado, que hoy describe con exactitud las últimas escenas de Los puentes de Madison (ella está por abrir la puerta y tirarse de la camioneta del marido para huir con Robert, la cámara nos muestra su mano en la puerta, justo por abrir, la camioneta detenida en el semáforo en rojo y Robert detrás, también detenido. La mano en la manija, está por bajarse, semáforo en verde, arranca la camioneta y el pasado reciente se convierte en pasado añorado de por vida en una vida mediocre). Veo esas imágenes en mi memoria y recuerdo haberles pedido a mis padres que si tenían una historia así dejaran listos los papeles para que los hijos pudiéramos encontrarlos. Ambos dijeron que no, y hoy sé que quizá sea yo la que tenga que dejar los papeles bien guardados, sobrevivientes de todas las mudanzas y destacados entre los nuevos papeles y cartas, para que algún futuro hijo encuentre una buena historia que publicar.

martes, octubre 03, 2006

 
En un ataque de mediodía me voy a comprar el disco nuevo de Jorge Drexler, 12 segundos de oscuridad, y de regreso, al ponerlo y comenzar a escucharlo, la sensación es como si entrara a un blog de J.D, o algo así, como si fuera un tipo cercano, que podría ser amigo (o el candidato perfecto, como se cree por ahí, mito que este disco quizá venga a derrotar), la sensación de "es como uno", y vas al Gran Rex y te das cuenta de que somos cinco mil las que creemos lo mismo.
De poética torpe y tierna a la vez, elevada por las bases electrónicas y las buenas cuerdas, el disco narra esas cosas que muchos conocemos, crónica de una separación: no quiero que lleves de mí// nada que no te marque.//El tiempo dirá si al final//nos valió lo dolido...
Observo al final y veo que "Ana" ya no corea sus temas. Escrito entre julio de 2005 y marzo de 2006, en el aire de vuelos fugaces o en la arena de playas uruguayas (querido faro de Cabo Polonio), el disco habla las dudas de el cantante ávido de nuevas pieles, que encuentra que manda la libido//la fidelidad, brumosa palabra,//con su incierta lista de gestos -prohibidos-//muerde siempre menos de lo que ladra.
Drexler teje entre tema y tema un relato de infidelidad y de ruptura, de intimidad violada (aquel mensaje que no debió haber leído//aquel botón que no debió haber pulsado//aquel consejo torpemente desoído//aquel espacio, era un espacio privado) en un momento en que gran parte de la intimidad duerme en mails que sólo podremos leer con contraseñas robadas.
En el medio de dudas y nuevos rumbos, el derrumbe de "high & dry", el tema de radiohead en una versión rioplatense con la que me veo mirando por la ventana del piso 13 un domingo a las seis de la tarde, cielo nublado y el río más allá, lejos, camino a Uruguay.
Y como cuando nos separamos solemos encontrarnos con amigos, no faltan las voces de Paulinho Moska, Kevin Johansen, Maria Rita, Pablo Drexler, Arnaldo Antunes y Leonor Watling (what!?!?! es la chica comatosa divina y embarazada de Hable con ella).
A modo de post-it pegado en el librito de las letras, unos versos de octubre 2005, México DF:
¿En qué hotel, de qué ciudad,
en el que ahora me desvelo,
me estoy sintiendo lejos
de qué casa,
a cuántas horas de aquí de vuelo?

 
Ayer quise escribir la palabra "alegrando" y sin querer me salió su nombre. Nunca me llevé bien con los gerundios. Después le mostré a C. partes de una carta, nos lamentamos por lo perdido y más tarde, en la madrugada, soñé que me daba un beso.
Insisto en la idea de la lengua materna. Incluso desterrada permanece en los sueños.
Cada tanto fantaseo con una vejez compartida pese a la certeza de que si hay algo que no podremos compartir es la vejez (honey, lo nuestro es un triste destiempo).
Lecturas místicas:
la sospecha es que luego del derrumbe nos encontraremos de pie uno frente al otro. En un cementerio o en un sueño. No habrá que dar explicaciones ni contar relatos. Quizá al final, como en un cuento bíblico, mis arrugas sean las suyas, confundidas como se confunde el final con el origen.
La fantasía es posible porque logramos escapar de la corrosión de la vida cotidiana: nos dejamos justo a tiempo para perpetuarnos ideales en el sueño del otro.
En los diálogos con Brecht, Benjamin dice que la verdadera medida de la vida es el recuerdo.

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...viene a mojarse los pies a la luna...

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